domingo, 17 de enero de 2016

LA PSICOLOGÍA INVERSA


La psicología inversa, también conocida como técnica de inversión paradójica, o reactancia, se denomina una técnica conductista que consiste en intentar influir a una persona pidiéndole que haga lo contrario a lo que se procura obtener. Se cree que si la libertad de conducta de alguien es amenazada o reducida, él o ella se volverán motivacionalmente exaltado.

La Reactancia es una reacción emocional en contradicción directa a reglas o regulaciones que amenazan o suprimen ciertas libertades en la conducta. Puede ocurrir cuando alguien es fuertemente presionado para aceptar un determinado punto de vista o actitud. La Reactancia puede causar que una persona adopte o endurezca un punto de vista o actitud contraria a la intencionada y también incrementa la resistencia a la persuasión.


Dicho esto,  entonces hay cuatro elementos importantes en la teoría de la psicología inversa: la libertad percibida, la amenaza a la libertad, la reactancia y el restablecimiento de la libertad. La libertad no es una consideración abstracta sino un sentimiento asociado con conductas reales. Las conductas libres se refieren a acciones, emociones y actitudes.

La psicología inversa trata de una técnica conductista sutil que trata de conseguir un efecto en otra persona haciéndole creer que quieres que haga algo que en realidad no quieres. El éxito radica en lo que se llama resistencia psicológica, que es la dificultad que ponemos a hacer algo que nos es impuesto, que nos mandan o que nos piden cuando sentimos que hacerlo afecta a nuestra libertad o autonomía.


A los seres humanos no nos gusta que nos digan qué hacer y de forma casi inconsciente, nos rebelamos realizando exactamente lo contrario. Por ejemplo, si se le ordena a una persona que no pise la línea amarilla, instintivamente llevará su pie hacia ella.

La psicología inversa es una forma de conseguir que un individuo haga lo que se necesita proponiéndole realizar exactamente lo opuesto, siguiendo ese impulso humano a la rebeldía.
Gracias a esta resistencia las personas tienden a hacer lo contrario a lo que se les dice, simplemente para demostrar que son libres para elegir, autónomos en la decisión y capaces de tomar su propio camino.


Ésta técnica se utiliza principalmente para corregir conductas, ya sean individuales o grupales, aunque también puede tener un uso en criminalística. Asimismo, puede considerarse éticamente cuestionable en tanto se manipula a un individuo aprovechándose de su subconsciente.


Si alguien llegase a desarrollar esta habilidad social, que tenga conciencia que dicha “manipulación” debe ser convenientemente beneficioso para la persona (adulto o niño),  a quien se le aplicará la psicología inversa, y NO en beneficio propio, recodando que existen los tres pilares del respeto que realmente producen buenas relaciones: empatía, amor no posesivo y autenticidad.


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