martes, 16 de septiembre de 2014

EL GERENTE FORMADOR

Las grandes compañías y organizaciones del siglo XXI, han observado que lo más rentable tanto para optimizar sus ganancias como para disminuir costos es modificar la faceta del Gerente, pasando de ser una persona controladora de las gestiones del capital humano, delegando actividades diariamente, a ser un Gerente Formador.

Como ya muchos conocemos, el hecho de tener al personal motivado aumenta el rendimiento y por ende la productividad dentro de una empresa, es por ello, que la formación no es sólo enseñar cómo hacer una actividad y controlar que se haga, sino es el acompañamiento y la involucración que el Gerente debe tener directamente con el personal en el día a día para su crecimiento y mejora continua.

Un Gerente debe conocer a cada integrante de su equipo, porque son importantes, porque son valiosos y porque necesita de las habilidades y destrezas de cada uno para llevar a cabo los proyectos que se establezcan. Pero así mismo, este conocimiento del personal le va a permitir identificar las brechas de mejora y crecimiento que requiere cada integrante, para reforzar, mejorar o crear nuevas habilidades en ellos, que les permita prepararse para nuevos retos dentro del mismo cargo que desempeñan, o como en otros casos, para emprender nuevos roles dentro de la organización.

No hay nada más motivador dentro de las estructuras organizacionales que ver como estas compañías cuando poseen puestos vacantes, hacen una verificación del desarrollo de su personal  interno para promover aquel que cumpla con el perfil, por su trayectoria, experiencia, conocimiento y actitud; esta acción genera sentido de pertenencia, credibilidad a la estabilidad laboral y se ramifica en todos los niveles de la estructura.

El Gerente, más allá de los conocimientos intrínsecos que debe poseer para cumplir con su rol, debe desarrollar en sí mismo algunas destrezas que le permitirán focalizar las necesidades de crecimiento, mejoras y formación de su personal, tales como: aplicar el arte de la indagación, ser un comunicador efectivo, ser empático, aplicar la escucha activa continuamente, mantener una actitud asertiva ante las circunstancias favorables o no que ocurren de forma diaria en cualquier organización, saber controlar sus emociones por medio de la inteligencia emocional, ser un motivador innato.

Cuando un Gerente reconoce los logros de su equipo y valora todo lo que ellos puedan ofrecer, promueve la participación e involucración de estas personas tanto para la planificación, organización, implementación, ejecución y seguimiento de las actividades, así como, la evaluación de los resultados, de esta forma, se sentirán corresponsables de los mismos y se sentirán comprometidos en las mejoras que se deban aplicar, adquiriendo nuevos conocimientos, analizando desde otra perspectiva la forma en que se deben llevar a cabo las actividades. Esta actitud genera confianza, respeto y con ello mejores decisiones sobre las estrategias, se logra la unificación de criterios, se evita la divergencia de las acciones, se administra mejor los tiempos, en fin, los resultados del equipo se vuelven eficaces.

El Gerente Formador, es un ejemplo para el equipo de trabajo, y la actitud que éste manifieste transmitirá también aprendizaje directo para el personal, si sus palabras y acciones contienen fines positivos se convertirán en un potente estímulo de enseñanza y motivación para el capital humano.

Hoy en día, la actitud que las personas disponen para llevar a cabo las acciones del día a día reflejan de forma muy clara los resultados que obtendrán de ellas al cierre, si somos personas con actitud de triunfadores, dispuestos a dar lo mejor de nosotros, dispuestos a escuchar y aprender de los demás, asumimos retos que nos ponen a prueba nuestra tolerancia, nuestra paciencia, el nivel de nuestra inteligencia emocional, nuestro nivel de asertividad, de autoconfianza, de creatividad, de ser siempre parte de la solución para salir de los problemas, entonces mis estimados lectores, los resultados finales siempre serán positivos, llenos de conocimientos, de cambios, de nuevas metas, de riesgos, esto es justamente lo que debe prevalecer en un Gerente Formador, actitud que se admirará y que el personal adoptará en si mismo, para fines laborales y personales.

Pensamiento:
"Ir juntos es comenzar. Mantenerse juntos es progresar. Trabajar juntos es triunfar” Henry Ford

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