Comienzo este artículo por decirles que para manejar la comunicación de
forma efectiva debemos aplicar la regla del 30/70, la cual a mí me ha
resultado, la regla establece que: 30% dedicado al habla y el 70% dedicado sólo
a la escucha. Difícil? No cuando lo ponemos en práctica suficiente tiempo como
para reflexionar al respecto y ver el impacto positivo que puede surgir en
nuestra vida social.
Aunque ustedes no lo crean, escuchar requiere un mayor esfuerzo que
hablar, tan importante y extenso es desarrollar esta habilidad que ha sido
materia de estudio para muchos, se dice que es por ello que el humano tiene dos
oídos y solo una boca, pero que al parecer los usamos de forma incorrecta dadas las interpretaciones que le damos a las cosas que oímos, pero que no
escuchamos. Crees que esto es incorrecto?.
Observen, ¿algunas de estas circunstancias les ha ocurrido como
protagonistas o ustedes han actuado así con otros?, reflexionemos:
- No escuchamos con intención de comprender, sino de ser nosotros los comprendidos
- Siempre tenemos algo mejor que decir.
- Me adelanto a las circunstancias: “Ya sé lo que va a decir”.
- Ya conocemos la respuesta sin haber culminado de escuchar a la persona.
- No nos interesa lo que está diciendo nuestro interlocutor, tendiendo a permitir que nuestra mente divague en otros pensamientos.
- No entendemos el asunto tratado, y tampoco hacemos las preguntas pertinentes para aclararlo
- Preferimos contestar y dar consejos, sin evaluar y analizar lo que nos han expuesto
- Pensamos: “Lo que pasó lo cuenta mal, no entiende”, asumiendo que el problema está en nuestro interlocutor, y no en nosotros.
- Mientras nos hablan ya estamos pensando en lo que se va a contestar, sin concentrarnos en los hechos que se están exponiendo.
En ninguna de éstas circunstancias aplicamos la empatía, no otorgamos importancia a el relato de
la otra persona, nos desconectamos de la conversación en algunos puntos donde
perdemos la esencia de la información que nos están suministrando, le damos más
importancia a la forma en que nos dicen las cosas y no al hecho de
concentrarnos en las ideas principales, y muy pocas veces nos preguntamos por qué está ocurriendo esto? qué hice o cómo actué para que la persona piense y actúe de esta forma?.
Errores muy comunes! es cierto, pero la ventaja que tenemos es que
estamos a tiempo de enmendarlo mejorando nuestra actitud hacia la escucha y
comenzar a ser personas asertivas, porque es importante el lograr comprender
cómo se siente la persona a la que se lo hacemos, reflexionando en cómo nos
sentimos nosotros cuando nos lo hacen nuestros padres, nuestros amigos, los
hijos, nuestra pareja, nuestros compañeros de trabajo, hasta nuestros jefes.
Vivimos en un mundo de tecnología avanzada, y nuestra comunicación se ha
vuelto más robótica que interpersonal, preferimos escribir mensajes de texto y
usar las redes “sociales” que mantener el contacto directo y expresar nuestros
sentimientos con la persona que tenemos al lado, generando ese calor humano que
tanta falta hace. No olvidemos que todo en exceso tiende a generar negatividad
en nuestras vidas, el nivel de estrés que genera los complicados y activos días
desde finales del siglo XX y ahora durante este siglo XXI no nos permite
analizar por un momento lo difícil que se ha vuelto intentar tomarse el tiempo
de escuchar a las personas que nos rodean, prácticamente se ha vuelto un regalo
el otorgar tiempo a alguien, porque tenemos agendas muy apretadas, reuniones
importantes a las cuales tenemos que asistir, estamos cansados, y es que siempre
tendremos una excusa para evitar escuchar, preferimos dar respuestas cortas,
interrumpiendo para culminar la frase del interlocutor porque debemos ganar
tiempo. Es importante hacer un punto y aparte, sopesar los beneficios que nos
da el ser un buen oyente y comenzar a cambiar la actitud.
Y aunque ustedes no lo crean, oír y escuchar no son lo mismo, oír es
cuando sabemos que están diciendo algo, pero sólo percibimos las ondas sonoras
generales de nuestro entorno, no analizamos la información que nos están entregando, tendiendo a “leer entre líneas”, intentamos sacar datos de forma subjetiva, es como el hecho de no
diferenciar el sonido de los carros con los cantos de los pájaros porque no
estamos prestando atención y por ende no estamos concentrados en escuchar, en cambio, escuchar, es poner nuestra mente en
blanco y sólo permitir que entre la información de nuestro interlocutor, analizando
las palabras, el lenguaje corporal de la persona, el tono de voz, para crear realidad cognitiva y lograr escuchar
hasta aquellas palabras que no se están diciendo; utilizando la herramienta del
parafraseo, que es una forma segura de demostrar a nuestro interlocutor que estamos
prestando la debida atención y que estamos claros(as) sobre el tema que se esta abordando.
Otra herramienta que podemos utilizar al aplicar la escucha activa es
hacer preguntas, para llenar esos vacíos informativos que pueden estar presentes, logrando así aclarar aún más hacia donde nos está llevando la conversación,
como por ejemplo: “me sería útil que me dijeras cuándo………”; “así que tú
crees…….”; ¿estás diciendo qué….?; "¿Podrías por favor aclararme esto…..?".
Es muy importante como regla general, el no involucrar los sentimientos (tristeza,
rabia, descontento, decepción, frustración, entro otros) cuando estemos
aplicando la escucha activa, porque pueden volverse un obstáculo para ver la
situación de forma objetiva, evitemos las distracciones y el juzgar porque nos
volveríamos muy subjetivos.
Si estamos interesados en comenzar a desarrollar la habilidad de escucha
apliquemos cuatro pasos de iniciación sencillos:
1.- Busca una postura que te sea cómoda para escuchar y observar a tu
interlocutor, así evitas las distracciones
2.- Aplica una habilidad para demostrar a tu interlocutor que estás
comprendiendo su información, como por ejemplo el parafraseo, el asentar con la
cabeza, hacer preguntas que confirmen la idea que te están exponiendo.
3.- Consulta, indaga, realiza
preguntas de ser necesario para aclarar tus dudas o vacíos informativos
4.- Al momento de dar respuestas a tu(s) interlocutor(es) no involucres
sentimientos, controla el lenguaje corporal y la voz, activa tu inteligencia emocional, mantén la objetividad,
de igual forma las respuestas que des nunca serán para restarle importancia a
las versiones de tu interlocutor sino para llegar a un convenio bajo los
términos del respeto mutuo.
Pensamiento:
“Del escuchar procede la sabiduría, y del
hablar el arrepentimiento”. Proverbio Italiano
Como complemento a este artículo, si aún no los has leído, te invito a
que leas mis artículos sobre LA ASERTIVIDAD, LA EMPATÍA, LA COMUNICACIÓN
EFECTIVA y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Espero te haya
gustado este artículo y desees compartirlo con otros, nuestra consigna es: Hacer el bien y sin saber a quién!,
ante dudas o comentarios puedes escribirme.
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